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Es de bien nacido, ser agradecido.

 La escritura bien se define como la "acción y efecto de escribir". Pero aunque su definición pueda verse como poco compleja todo lo que ello supone si que lo es.

Que tan difícil debe ser plasmar emociones y desarrollar situaciones por tal de que una, cientos o miles de personas sean capaces de adentrarse en la historia narrada. Por tanto, se pretende narrar en una secuencia o un corto plano una serie de acciones realizadas por equis personajes. Pero no nos mintamos, escribir sin camino y lógica alguna es muy fácil, si no, me tienen a mi como referencia. Yo hoy ciertamente quiero comentar lo poco que he podido observar de aquellos que malamente dicho, están en el "barro". 

Entre una de mis tantas ilusiones siempre ha estado el poder escribir unas memorias o un pequeño libro, aunque mi padre siempre ha hecho hincapié en que para poder empezar a plantearse todo ello primero hay que leer, muchísimo, más que nada por no engañarse a uno mismo, pues para todo oficio primero uno debe de formarse correctamente y, para ello, una gran parte necesaria es la bonita y difícil acción de empezar, pues se necesita disciplina y sobre todo gusto y placer.

No obstante, aquí estamos hablando sobre mi persona, sea visto como un reto personal o como una ilusión que tal vez sea pasajera. A mi me gustaría comentar el aspecto desde aquel, que verdaderamente se ha formado, ha trabajado duramente y ha puesto sudor y lágrima para como bien he mencionado antes, tratar de plasmar emociones sobre todos aquellos que gustosamente decidan leer su trabajo. 

Como un desconocido en todo este mundo que soy, me hizo verdaderamente ilusión contar con alguien cercano que formase parte de todo ello. Por ello, también me sorprendió todo el proceso que uno debe pasar para poder llegar al propósito. Empezar de cero siempre es difícil, embarcarse en todo el proceso de escritura, compaginando con todo lo que se deba y, aún asi, saber que llegar a ello por distintas problemáticas que puedan surgir, lo es mucho más. Por ello me gustaría realzar el valor que tienen todos aquellos que aún con todo ello son capaces de desenvainar la espada e ir a por todo.

Muhammad Ali una vez mencionaba que "con fe, disciplina y desinteresada devoción al deber, no hay nada que merezca la pena que no puedas lograr". Y para mi este oficio innegablemente tiene fe, pero sobre todo mucha disciplina y desinteresada devoción. 


A Alfredo Mateo, más pronto que tarde te dije que llegaría. 

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