¡NO HAY MAS CIEGO QUE AQUEL QUE NO QUIERE VER!
La Democracia tuvo su origen en la Antigua Grecia, en concreto en Atenas, cerca del S.VII y IV a.C, donde se estableció y organizó un órgano máximo que se formaba e integraba mediante una asamblea por ciudadanos libres.
Aunque debemos tener en cuenta que los dirigentes de la democracia ateniense no eran mendigos del voto ni mentirosos de oficio como ocurre hoy en día con asiduidad. Eran hombres cultos los cuales mediante su experiencia contribuían a la sana conducción de la ciudad, y que por su riqueza ni siquiera tenían que trabajar, pudiendo concentrarse de esta manera en los problemas públicos.
Podemos entenderla como la organización social por la que se rige un Estado. La cual se caracteriza principalmente por la entrega de poder a el pueblo mediante los mecanismos de participación directa o indirecta. Y que con ella, trata de velar por los derechos y el bienestar de los ciudadanos, así como el mantenimiento de unos valores democráticos.
Estos mecanismos se organizan de tal manera que, o bien el poder es ejercido directamente por la ciudadanía organizada en una asamblea con capacidad suficiente para aprobar leyes y derogarlas, o bien se utiliza un sistema de representación donde el pueblo tiene el poder de elegir a aquellos que los representarán en una asamblea con carácter de decisión en nombre de todos.
Sin embargo, como bien decía Eurípides, la democracia siempre ha tenido un problema fundamental en su estructura. Si es el pueblo quien escoge a los gobernantes, pero ese pueblo es profundamente ignorante, el sistema democrático acabará por desaparecer. Efectuado en parte por la demagogia política pero en gran parte, por la ignorancia de los ciudadanos, lo cual dará lugar a desgracias.
Es evidente que las principales fallas y criticas a la democracia estriban en lo pernicioso que resulta depositar la conducción de una sociedad en manos inexpertas. La igualdad democrática equivale a que la opinión del ignorante tenga valía al del experto.
Por lo que, como bien decía Platón "Esta y no otra es la raíz de donde surge el tirano; cuando él aparece como un protector.". Y ello se entiende porque por más que la democracia sea el sistema mas bonito, desembocará en la mayoría de sus casos en demagogia y en caos que formen así, un colapso desintegrador, lo cual de al surgimiento de nuevas organizaciones sociales que no sean precisamente igualitarias.
bua me flipa tu contenido, sigue así genio
ResponderEliminarGracias joven desconocido, espero firmemente que te haya servido para inspirarte en todo aquello que busques.
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