Qué es el sufrimiento y cuál es su sentido. Decía Santo Tomás en su Suma Teológica que “Todos los males que Dios hace o permite que se hagan se ordenan a algún bien; mas no siempre para bien de aquel en quien está el mal, sino que a veces es para bien de otro o también de todo el universo. Así, la culpa de los tiranos la ordenó para bien de los mártires; y ordena la pena de los condenados para gloria de su justicia.” Este enfoque no elimina el dolor, pero lo sitúa en un mapa más grande. La idea de que el mal no es un fin en sí mismo, sino algo que puede ser absorbido en un bien mayor —aunque no siempre personal ni inmediato— da una cierta paz racional. No es un consuelo fácil, pero ayuda a entender que el mal no tiene la última palabra. Lo que hoy duele, mañana puede servir para conocernos mejor, tomar decisiones con más claridad o relativizar problemas que antes parecían enormes. Así, el dolor se convierte simplemente en un tramo del camino, no en el destino. Esta comprensión no es s...
Haciendo una breve reflexión interna, siempre terminan surgiendo cuestiones ligadas a nuestro propio ser. Una cadena de preguntas que parecen no tener fin ni respuesta, y que poco a poco te van consumiendo. Frente a ellas, uno debe detenerse, pensar, y decidir qué — y cuánto— merece la pena, y qué no. ¿ Qué nos otorga felicidad? ¿ Existe realmente? Schopenhauer, en sus ensayos filosóficos, afirmaba que la felicidad propiamente dicha no existe: la vida humana oscila constantemente entre el sufrimiento y el aburrimiento. El mundo no es más que un valle de lágrimas, decía, donde la voluntad nos condena a una insatisfacción continua. En ese contexto, más que un estado permanente, la felicidad se convierte en algo eventual, casi accidental. Por eso, quizás tenga más que ver con la paz interior que con la exaltación o la euforia. Puede que la dicha consista simplemente en tener algo que hacer, alguien a quien amar o algo que esperar. Y que, al final, el bienestar no term...